«La sonda alienígena que nos visitó en 2017 dejó un mensaje para la comunidad científica»

5 Feb, 2021

Avi Loeb, profesor de Harvard, cree que una sonda alienígena visitó nuestro sistema estelar en 2017, y ésta trajo «un mensaje» para la comunidad académica

Fue un día no notable en octubre de 2017 cuando el astrónomo canadiense Robert Weryk hizo un descubrimiento asombroso..

Gracias a los datos del telescopio Pan-STARRS1 de la Universidad de Hawái en el Observatorio Kaleakala en Hawái, Weryk vio un objeto inusual, alargado y aproximadamente del tamaño de un campo de fútbol, ​​gritando a través del sistema solar a 196.000 millas por hora.

Lo más extraño de todo fue que parecía estar acelerando levemente, empujado por una fuerza invisible que aún no se ha explicado completamente.

Su trayectoria altamente inusual hizo que pasara junto a nuestro Sol, lo que llevó a los científicos a creer que el objeto espacial, más tarde denominado» ‘Oumuamua» o «explorador» en hawaiano, fue el primer visitante de fuera de nuestro sistema solar en ser observado directamente.

Durante los últimos tres años, se han realizado innumerables intentos para explicar las características sin precedentes de ‘Oumuamua. Algunos especularon que se trataba de un iceberg de hidrógeno, mientras que otros sugirieron que era una roca espacial viajera cubierta por una capa de «protector solar orgánico».

Para Avi Loeb, astrofísico y profesor de ciencias en la Universidad de Harvard, la respuesta podría ser tentadora.

Su controvertido argumento es que ‘Oumuamua puede haber sido una sonda enviada por una civilización extraterrestre, una explicación que ha atraído una enorme atención en los medios de comunicación y, como era de esperar, resultó divisiva entre los expertos.

En su nuevo libro, titulado «Extraterrestre: el primer signo de vida inteligente más allá de la Tierra», Loeb explora su provocativa hipótesis, utilizando la historia de ‘Oumuamua para sentar las bases de una conversación mucho mayor:

La lucha por ser tomado en serio dentro de un científico comunidad que históricamente ha mantenido la discusión en torno a la búsqueda de la existencia de inteligencia terrestre a distancia.

Durante una entrevista con Futurism, Loeb argumentó que las explicaciones de los científicos no llegaban a explicar las muchas peculiaridades y excentricidades de ‘Oumuamua. La comunidad científica «abogó por algo que nunca antes habíamos visto», dijo.

Un ejemplo de esto fue lo que Loeb llamó la hipótesis del «conejo de polvo», que teorizó que la extraña trayectoria de ‘Oumuamua podría explicarse por una densidad muy baja.

“El problema con eso es que no creo que algo del tamaño de un campo de fútbol que es un conejito de polvo sobreviviría a un viaje de millones de años a través del espacio interestelar”, dijo Loeb, aspirando esa hipótesis. «Quiero decir, simplemente no creo que pueda mantenerse unida».

Para Loeb, las explicaciones científicas que intentaban incluir a ‘Oumuamua en un marco científico existente simplemente no tenían sentido.

“El caso es que, por un lado, no se puede decir que es natural”, argumentó Loeb, “y luego, cuando intentas explicarlo con procesos naturales, se te ocurre algo que nunca antes habíamos visto”.

Y así fue como terminó en alienígenas. La raíz de la teoría alienígena de Loeb es que ‘Oumuamua puede haber sido una vela solar enviada a nosotros desde otro sistema estelar.

En los términos más simples, una vela solar o ligera es una forma de propulsión de una nave espacial que convierte la baja presión de la radiación solar en movimiento.

Los científicos terrestres ya han experimentado con el concepto; En 2019, la Sociedad Planetaria sin fines de lucro lanzó una nave llamada LightSail-2 , que utiliza 340 pies cuadrados de una capa extremadamente delgada de película de poliéster reflectante para impulsarse gradualmente.

Para Loeb, una vela solar empujada por la luz de las estrellas podría explicar la aceleración inesperada de ‘Oumuamua.

Si es sólido y no es un conejo de polvo, el astrofísico concluyó que el visitante interestelar también debe ser sorprendentemente delgado, tal vez, según sus cálculos, «menos de un milímetro de grosor».

Para el astrónomo, la conclusión de la vela solar fue seguir “pasos, como el detective Sherlock Holmes. Cuando descartas todas las demás posibilidades, lo que sea que te quede debe ser la verdad».

Esa conclusión es exagerada para muchos astrónomos en el campo, que han desafiado repetidamente la conclusión de Loeb.

En un estudio de 2019 publicado en la revista Nature Astronomy , un equipo internacional de investigadores argumentó que no encontraron «ninguna evidencia convincente para favorecer una explicación extraterrestre» para ‘Oumuamua.

“’Las propiedades de Oumuamua son consistentes con un origen natural”, dijo a Reuters el astrónomo de la Universidad de Maryland Matthew Knight, coautor del estudio, en ese momento, “y una explicación extraterrestre no está justificada”.

Su argumento era que ‘Oumuamua es un «planetesimal», o un pequeño fragmento de un bloque de construcción planetario que acaba de pasar a la deriva a través de nuestro sistema estelar.

Weryk, quien descubrió el objeto en primer lugar, no tuvo palabras amables para la hipótesis de Loeb. «Honestamente, eso es un poco de especulación salvaje», le dijo a CBC en 2018.

«Creo que es un remanente de otro sistema solar», agregó Weryk. “Es simplemente algo que se nos cruzó por casualidad, y tuvimos mucha suerte de haber estado operando el telescopio esa noche y mirando en esa dirección”.

Estas refutaciones parecen haber envalentonado las investigaciones de Loeb sobre los orígenes extraterrestres de ‘Oumuamua, además de llevarlo a hacer una súplica apasionada a la comunidad científica, como se describe en su libro, para que se tome en serio la investigación de SETI.

Para Loeb, se trata de leer las estrellas con la mente abierta.

«Mi principio rector es la modestia», le dijo a Futurism. “Si no somos arrogantes, si somos modestos, diríamos que la vida, como la tenemos, debe ser común”.

«Ahora sabemos por los datos del satélite Kepler que aproximadamente la mitad de las estrellas similares al Sol tienen un planeta como la Tierra, aproximadamente a la misma distancia, por lo que puede tener agua líquida y la química de la vida tal como la conocemos», Loeb dijo, refiriéndose a la «zona habitable» de un sistema estelar dentro del cual la vida teóricamente podría ser sustentada.

«Entonces sabemos que los dados se lanzaron miles de millones de veces en la galaxia», dijo. «Y si organiza circunstancias similares a las que tenemos en la Tierra, obtendrá un resultado similar».

Para Loeb, este simple cálculo es «conservador, no especulativo» y que «debería ser la opinión generalizada». Pero proponer que no estamos solos en el universo se ve como una «visión marginal y la corriente principal afirma que debería haber un tabú».

“La comunidad científica puede abordar un tema incluso si otras personas lo abordan de una manera que no es científica y no tiene mucho sentido”, argumentó Loeb.

“Así que mi punto es que la existencia de literatura sobre ciencia ficción o la existencia de informes OVNI sin fundamento no debería eliminar este tema de ser parte de la discusión principal”, agregó.

De hecho, Loeb sostuvo que es menos especulativo que otras áreas de estudio, desde el estudio de la materia oscura hasta las teorías de multiverso y cuerdas.

“Todos estos conceptos hipotéticos para los que no tenemos base”, dijo. «Y hay comunidades de cientos de científicos que trabajan para darse premios y honores, etc.», agregó en un tono ligeramente burlón.

Para él, la negativa a creer que no estamos solos en el universo es un círculo vicioso de profecías autocumplidas.

“Cuando te pones las anteojeras, no estás buscando a nadie más, podrías pensar que eres especial”, dijo.

«La única forma de romper ese tabú, de romper ese estado mental, es encontrar pruebas para los demás», argumentó Loeb. “Pero, si no busca, nunca lo encontrará”, cerrando el ciclo.

Lo peor de todo es que la falta de fondos para la investigación de SETI solo termina disuadiendo a “los jóvenes de ingresar a este campo”, dijo Loeb.

De modo que la búsqueda de vida más allá de la Tierra debe continuar, y Loeb tiene muchas ideas sobre cómo hacerlo.

Podría decirse que el plan más ambicioso en el que está involucrado, un proyecto llamado Breakthrough Starshot, es un proyecto de sonda interestelar de prueba de concepto de Breakthrough Initiatives que implica enviar un ejército de pequeñas velas ligeras llamadas Starchips hasta Alpha Centauri, el sistema estelar más cercano el nuestro a poco más de cuatro años luz de distancia.

El sistema Centauri contiene un candidato planetario prometedor llamado Proxima b, un planeta tentadoramente parecido a la Tierra.

Puede que cuatro años luz no parezca mucho en el papel, pero las distancias que tendrían que cubrir las velas son inmensas.

En lugar de aprovechar la radiación solar del Sol, el proyecto está investigando si podemos disparar un láser extremadamente poderoso a estas naves espaciales desde aquí en la Tierra para proporcionar suficiente aceleración.

Es un esfuerzo que implica obstáculos casi insuperables. De hecho, Loeb no está seguro de si el proyecto Starshot se materializará en su vida, y Breakthrough Initiatives estima que la misión podría tardar 20 años en llegar a Alpha Centauri después del lanzamiento.

«Pero creo que tenemos que hacerlo como civilización», dijo Loeb a Futurism.

«Tenemos que ir en esa dirección y considerar cómo visitar otras estrellas, porque actualmente todos nuestros huevos están en una canasta aquí en la Tierra y no podemos ignorar el riesgo de una catástrofe».

VER TAMBIÉN ▶ Esfera Dyson: ¿Podría la humanidad envolver el Sol en una gran cúpula?

FUENTE

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4 Comentarios

  1. Que estamos solos en el universo, que lo único que fue creado hasta hoy fuimos nosotros, junto con las especies que nos acompañan, eso es demasiado pretencioso y egocéntrico. Los científicos tratan de hacer ver como desequilibrado e ignorante a cualquiera que afirme que hay vida más allá de la Tierra. De todos modos, nosotros terrestres pequeños, nada podemos hacer si eso fuera verdad. No hemos alcanzado suficiente nivel de comprensión ni de conocimientos ni de desarrollo de la tecnología como para aventurarnos a grandes distancias más allá de nuestro planeta. Quizá para evitar la frustración que causa la imposibilidad de moverse tan poco y de saber tan poco, es lo que obliga a algunos científicos a esta postura. Somos pequeños, somos un punto perdido en la inmensidad sin fin del universo y aún así nos creemos únicos. Que soberbia más grande! Por más conocimiento que tenga un científico, ese saber es pequeñito, frente a todo lo que hay para saber. Una sola vida o aún la vida de un inmenso equipo de trabajo es ínfimo y no puede abarcar tanto conocimiento que nos permita sacar conclusiones más allá de nuestro pequeño mundo. Te pasas una vida trabajando, te vuelves viejo, las energías se agotan y te mueres y aún no has avanzado casi nada en el conocimiento. Yo me limitaría a decir: debe haber vida en alguna otra parte del universo, pero no tengo herramientas como para ir a su encuentro. Sin humildad, la sabiduría es sólo una apariencia

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    • totalmente de acuerdo, pero como cualquier otra faseta de la vida, a los científicos les cuesta reconocer lo poco avanzados que estamos respecto de los posibles viajes cósmicos, y lo poco que se conoce de los misterios del universo y la vida.-

      Responder
  2. loco el planeta s equeja siguen con la extraccion de petroleo, esto termina como una cascara d enuez reventando. E; laneta se queja para la mano

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  3. Es de locos pensar que estamos solos en el universo.

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